La mentira se desvanece ante la verdad, porque para mantenerse ahí en frente, ocultando a esa verdad, ella debe mantener un esfuerzo constante que la lleva al desgaste final, la energía que mantiene a la mentira debe ser aportada por alguien que la crea, para poder así funcionar y prevalecer un tiempo más.
Y te presento al tiempo; el cual es la manera de medir la energía de una mentira, no existe una gran mentira, tampoco una pequeña, son todas mentiras, todas intentan exactamente lo mismo, oscurecer la verdad, pero ninguna es eterna. La eternidad es cualidad sola de la verdad, que siempre está ahí inalterable e omnipresente, ella también tiene su opuesto, que es obviamente la mentira. Así pues como opuesto a la verdad, así como la oscuridad a la luz, existe manera clara de diferenciarlas, una absorbe desesperadamente energía para poder sobrevivir, la otra, inmutable, simplemente espera… El tiempo es una cualidad de la verdad, pero también su aliada, su mano derecha que observa pacíficamente y sin emitir ningún tipo de nada.
Así el tiempo nos dirá siempre la verdad, no puede mentirnos. Solo podemos mentirnos a nosotros mismos, evitando la verdad.
¿Tenemos muy claro lo que es la mentira? Quizá no hayamos aprendido qué es la verdad y por eso creemos y alimentamos mentiras todo el tiempo. Como decía anteriormente, la mentira consume energía, así si notas cansancio y cada vez te sientes más débil, quizá estés viviendo una mentira, la mentira te deja en el suelo, la verdad te levanta. Si reconocemos que es lo que nos debilita, descubriremos nuestras mentiras, esas grandes paredes de plomo que no nos permiten ver la luz.
El tiempo derribará cada una de las mentiras, solo hay que tener paciencia. Una vez limpios, podremos tomar la decisión correcta, así que a observarnos y a limpiarnos, a conocernos realmente para no caer en las trampas de la mente que por supuesto, son todas mentiras.