7 de diciembre de 2011

El futuro ha pertenecido y pertenece a los soñadores.

El abuelo nos reunía a su alrededor, 10 nietos escuchábamos embelesados y atentos, sin perder una sola palabra de la historia del pirata. Regularmente visitábamos a los abuelos todos los años en su casa de la playa. El lugar y su charla nos llenaba de imaginación, y lo más curioso es que todos creíamos que la historia era real, ahora ya de adultos comprendemos que aunque su cuento era producto de su fantasía, los resultados eran verdaderos. Su narración era así: "Yo tenía un amigo que era pirata. él se refugiaba en esa isla que ven enfrente, una mañana rescató a un pequeño pulpo, que estaba atrapado en las rocas, y desde entonces se convirtieron en entrañables compañeros. Cuando el pirata regresaba cada año a descansar a la isla., el pequeño pulpo sentía su presencia y venía a saludarlo. Un día me lo presentó, recuerdo claramente cómo le dijo que yo era su mejor amigo entre los humanos y a él lo consideraba el más leal y fiel compañero. Por eso le iba a confiar la custodia de su tesoro y solamente a él (refiriéndose a mí) podía guiar a donde se encontraba su fortuna y entregársela, en caso de que él no volviera jamás. "Pasó el tiempo, continuó el abuelo, y el pirata se perdió para siempre en el mar. Hoy sigo visitando al pulpo, que ahora también es mi amigo, seguramente él adivina que mañana iremos a la isla, y tengan la certeza de que habrá algunos tesoros en la playa, pues sabe que su amigo el pirata no volverá. Jamás le he pedido que me entregue el tesoro, pero sé que le gustaría compartirlo con ustedes, pues sabe que los amo".