10 de noviembre de 2012

IO

La personalidad de una persona puede ser implantada fácilmente por una cantidad de letras cuidadosa y estratégicamente ordenadas...

Porque eres libre de pensar lo que quieras, ese es el libre albedrío del que tanto se habla, esa es tu única libertad, libertad de pensamiento. Pero, ¿no hay nada más prioritario que esto? ¿simplemente pensar? Claro que ya es bastante si nos damos cuenta de que pensando armamos nuestras creencias, que son las que nos motivan luego a movernos en este mundo terrenal. Las creencias son el "programa" son las ordenes que nuestro cuerpo terminará siguiendo. Y como un programa que se cuelga y deja de responder, nuestro cuerpo también lo hará si hay contradicciones en la programación. Hay diferentes tipos de errores en un programa de ordenador, no siempre surgen en el momento esperado, algunos errores no hacen colgar al programa automaticamente, sino que siguen en funcionamiento hasta que se presiona un botón determinado que arranca una función que entra en conflicto con la orden principal, la orden que lleva el error en sus lineas. Puede pasar mucho tiempo hasta que se ejecuta la función detonante. El programa puede llegar a ser tan complejo que durante años y décadas puede mantenerse en funcionamiento visiblemente estable, creyendo que está todo en orden, aunque en su interior se esté arrastrando un error creciente ¿pero qué pasaría si en un determinado momento colapsa como por arte de magia? Un programa puede correr indeterminadamente si el error no es demasiado grave o visible, puede que simplemente un "contador" (una función que sirve para sumar números) se quede sumando números infinitamente, pero todo tiene un límite. El ordenador en algún momento se quedará sin recursos, sin memoria donde almacenar esas cifras astronómicas, e inevitablemente se colgará. Es cuestión de tiempo y nada más.

¿Nunca te has colgado con algún pensamiento recurrente? ¿Te ha desconectado de la realidad por algún momento? ¿Estabas conectado a la realidad realmente o a un tren de pensamientos sin fin? ¿Dónde está el motor de ese tren?

Libre albedrío, libre pensamiento, ¿pero que elegimos? Elegimos entre los pensamientos limitados que están dentro de nuestra cabeza. Sin darnos cuenta que hay una elección raíz, que es la que luego formará nuestra creencia y base de la programación mental. Esa elección es simplemente binaria, exactamente igual que un ordenador personal. Elegimos si entra o si no entra determinada información. Si entra, la aceptamos como real, si no entra, simplemente la rechazamos y no nos afectará (al menos no directamente) Lo que sí nos afectará será todo lo que dejemos entrar a nuestro cerebro, porque dentro de la limitada información que ahí se encuentre, la consciencia nadará y buceará, creando nuevas ideas y creencias acerca de lo que ya tiene ahí dentro, haciendo que los pensamientos evolucionen. Y posteriormente estas nuevas creencias serán las que ejecutarán el poder del libre albedrío del futuro, siendo éstas creencias las nuevas puertas que dejarán o no entrar a la nueva información. Así que quizá la nueva y vanguardista información que estás aceptando ahora, sea un virus que cerrará las puertas a nuevos conocimientos o que hará colgar el ordenador mental, que es el cerebro humano.

Si dejas entrar pensamientos basados en el miedo, probablemente termines criticando, odiando, peleando, incluso puede llevarte hasta el asesinato y la locura, imagina que un país entero se contagia de este letal virus, ¿que resultados podría ocasionar? ¡Exacto! Así es cómo surgen las guerras.
Pero si dejas entrar pensamientos basados en la confianza, verás que te permite avanzar y crecer, hacer amigos y amar, conectarte con la naturaleza y con tu interior.

Todo claro hasta ahora pero, ¿qué pasa con esos pensamientos que entraron sin prestarles atención? Aveces creemos ciegamente en alguna información solo por que creemos en la fuente. Tus padres seguro que querían lo mejor para tí, ¿pero eso garantiza que lo que has aprendido es realmente así? Ellos pasaron por lo mismo que todos nosotros, a ellos le implantaron un conocimiento basado en su país de nacimiento, su cultura, su religión, su colegio, sus padres y amigos, sus maestros y todos aquellos que hayan influenciado de alguna manera en sus creencias.

En un determinado momento lo que deja o no deja entrar a los pensamientos a nuestra mente no existe, nacemos con un cerebro en blanco y vamos progresivamente aprendiendo de nuestro entorno. Así que las primeras ordenes que constituyen nuestra programación no es filtrada de ninguna manera, simplemente entra, la auto-consciencia aún no está presente. Así que irremediablemente aprenderemos lo que nos enseñen, sin ningún poder de elección. Ejecutamos cualquier programa como si nada, sin tener en cuenta que no tenemos aun el antivirus instalado y en funcionando.

Por eso llega un momento en la vida que hay que revisar la programación recibida, hacer una depuración y re-escribir el programa principal, el sistema operativo. Ya que ahora contamos con un programa lo suficientemente complejo y útil para esto. Aunque tendría que decir que no es necesario realmente este programa, ya que lo que necesitamos es simplemente nuestra consciencia, aquella que puede quedarse observando los pensamientos sin hacer más nada. Y esa es la función de la consciencia, la observación, y gracias a ella podemos ejercer nuestro poder de elección. Transformando a la consciencia en un filtro o puerta de entrada a lo que deseamos que entre a nuestra cabeza y finalmente a nuestra realidad.

Como un árbol que suelta sus hojas marchitas, así la mente debe desprenderse de pensamientos negativos.

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