6 de julio de 2011

Científicos.

Una vieja historia comenta el origen de un confuso debate de científicos. Un grupo de docentes pasó por el laboratorio para ingresar al salón de conferencias. Los profesores observaron junto a la ventana, un recipiente esférico de metal. Uno de ellos hizo notar que la parte metálica que recibía los rayos del sol estaba mucho más caliente que la opuesta, que quedaba en la sombra. Los demás comprobaron la diferencia, casi obvia, el calor, sabemos, dilato los metales. Concluida la conferencia, los profesores volvieron a pasar por el laboratorio. Esta vez, uno advirtió que la parte del cacharro que estaba frente al sol se hallaba fría, y la opuesta caliente. Se produjo una gran discusión para explicar las causas del mieterioso fenómeno calórico. ¿Cómo era posible que un objeto alejado de los rayos solares estuviera más caliente que otro próximo a ellos? Las posiciones se enfrentaban, los argumentos y los vozarrones se acumulaban. Nadie sospechó la verdad. Simplemente, mientras los profesores estaban en la conferencia, el peón del laboratorio había dado vuelta el recipienteEl darse cuenta es un hallazgo que libera. Gran parte del dolor que ensombrece nuestra vida se debe a la ignorancia. Si se elimina la incomprensión, el mal desaparece. Como por arte de magia

No hay comentarios:

Publicar un comentario