2 de diciembre de 2010

La fábula del puerco-espin.

Durante la  era glacial, muchos animales morían por causa del  frío.

Los puerco-espines, percibiendo la situación, resolvieron juntarse  en grupos, así se abrigaban y se protegían mutuamente, mas  las espinas de cada uno herían a los compañeros más  próximos, justamente los que ofrecían más calor.

Por eso  decidieron alejarse unos de otros y comenzaron de  nuevo a morir congelados.
Entonces  precisaron hacer una elección: o desaparecían de la Tierra o  aceptaban las espinas de los compañeros.

Con  sabiduría, decidieron volver a estar  juntos. Aprendieron así a convivir con las pequeñas  heridas que la relación con un semejante muy próximo puede  causar, ya que lo más importante era el calor del  otro. La mejor relación  no es aquella que une personas perfectas, es aquella donde  cada uno aprende a convivir con los defectos del otro, y  admirar sus cualidades… Juntos fueron más.
Y así sobrevivieron.

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